Sin duda rentar tu propiedad conlleva ciertos riesgos pero el tenerla vacía trae más conflictos, porque una propiedad deshabitada se deteriora más fácilmente además de que corres el peligro de que sea víctima de invasión o actos vandálicos, por este motivo la mejor opción es ponerla en arrendamiento ya que además de tenerla habitada generaras de forma mensual un ingreso.
Una vez que has tomada la decisión de darla en arrendamiento hay que disminuir los riesgos que esto implica:
Inquilino IDEAL
Este primer punto es fundamental, resulta vital conocer a quien probablemente será tu inquilino; necesitas saber a qué se dedica, donde trabajo y cuánto gana. También existen otros elementos que resultan importantes saber y que te darán la pauta para tomar la decisión para rentarle o no, como por ejemplo sus antecedentes legales de arrendamiento así como su situación crediticia.
Contrato PROFESIONAL
Tener un contrato elaborado por profesionales en la materia te garantizará que cumplas con todos los requisitos que marca la ley además de que en caso de cualquier controversia este documento legal te ayudará a dirimirla de la mejor manera.
GARANTÍA de pago
La forma más común de que el inquilino respalde su compromiso de pago en un arrendamiento es presentar un fiador con bien raíz.
Actualmente también existen otros mecanismos para que el inquilino garantice el pago en caso de que no pueda realizarlo, por lo que es un punto que no debes dejar pasar cuando pongas en alquiler tu inmueble.
Póliza de PROTECCIÓN legal
Es un instrumento del que hoy en día no puedes prescindir ya que además de darte el respaldo de los puntos anteriores, el despacho jurídico que contrates te apoyara en caso de cualquier incumplimiento por parte de tu inquilino, como el cobro de rentas y servicios atrasados, recuperación de tu inmueble en caso de que se niegue a abandonarlo.
Toda vez que se trata de una herramienta preventiva el costo es sumamente generoso a comparación de la seguridad y beneficios que te ofrece.